La cultura de la simulación detrás de las declaraciones de dos ex jefes de la Policia Nacional de Honduras.

Washington DC, 6 de Mayo de 2020

En los ultimos meses dos ex jefes de la Policia Nacional de Honduras afirman tener pruebas en su poder que demuestran los actos de corrupción e involucramiento de politicos de alto rango en actividades de narcotráfico y crimen organizado. Ambos han declarado luego de verse implicados en asesinatos de alto impacto y en el caso particular de Juan Carlos Bonilla, luego de los recientes señalamientos por parte de la Fiscalia para el Distrito Sur de New York, en los que se le acusa por su supuesta participacion en actividades de narcotráfico y sicariato.

Ricardo Ramirez del Cid desde el año 2018 ha venido realizando señalamientos contra personajes como Armando Calidonio actual alcalde de San Pedro Sula, Oscar Alvarez ex ministro de seguridad durante el gobierno de Ricardo Maduro Joest y contra el mismo Juan Orlando Hernández, al asegurar que en su momento le solicitó brindar seguridad a un narcotráficante que operaba en el departamento de Lempira, por su parte Juan Carlos Bonilla ha señalado a Reinaldo Sánchez por supuestos nexos con el crimer organizado, al actual ministro de seguridad Julian Pacheco y al diputado por el Partido Nacional Mario Perez, entre otros. Mas allá de los señalamientos que ambos han venido realizando en medios de comunicación, la pregunta obligatoria que surge es ¿Por qué han mantenido por tantos años dichas pruebas ocultas?.

Además de la acusación formal que la Fiscalia de EEUU. ha realizado contra Juan Carlos Bonilla, en la que lo señalan por participar en el asesinato de Franklin Arita, un narcotraficante rival de Hernandez Alvarado, otro tema que ha salido a relucir en las salas de la Corte del Distrito Sur de New York es la supuesta participación del general Ramirez del Cid en los asesinatos del zar antidrogas Julián Arístidez Gonzáles y de Alfredo Landaverde. Sobre el tema Ramirez del Cid ha declarado ser inocente y asegura que esta información esta basada en informes falsos que fueron manipulados dentro de la Policia Nacional.

Adicional a esto, Ramirez del Cid afirma conocer los verdaderos asesinos de Gonzáles y Landaverde pero aún con los señalamientos en su contra sigue sin revelar dichos nombres y basa su inocencia en teorias de un supuesto complot en su contra que se creó desde el interior de la Policïa Nacional de Honduras, es aquí donde surge una nueva interrogante ¿Por qué Ramirez del Cid no revela los nombre de los “supuestos” asesinos de Alfredo Landaverde y el zar antidrogas? Aún cuando esta informción lo podría exonerar de los señalamientos en su contra.

Otra arista que vale la pena analizar en relación a este tema, son los señalamientos por asesinato o intento de asesinato en su defecto que ambos se atribuyen. Por un lado Ricardo Ramirez del Cid, ex jefe de la Policia Nacional de Honduras durante el periodo presidencial de Porfirio Lobo Sosa, acusó en reiteradas ocasiones a Juan Carlos Bonilla alias “El Tigre” por ser el supuesto asesino de su hijo. En contraparte Bonilla negó todo tipo de participación en el mismo y acusó a Ramírez del Cid por dos supuestos intentos de asesinato en su contra: el primero, colocándole como chofer a un policía primo de Lucifer, uno de los jefes de la mara 18, y el segundo, con café envenenado, esto lo declaró en una entrevista brindada al peridosita Alberto Arce, editor del diario estadounidense The New York Times y que figura en su libro titulado “Honduras a ras de suelo”.

En 2011 Juan Carlos Bonilla era el Jefe Regional en los deparmentos de Ococtepeque, Copán y Lempira, considerada una de las principales zonas del corredor de droga en Honduras. En 2012 fue nombrado como Director de la Policia Nacional de Honduras, luego que su predecesor, el general Ricardo Ramírez del Cid fuera destituido en medio de la polémica y las acusaciones contra la policía por el asesinato del periodista Alfredo Villatoro. Pocos meses después de ser destituido, con Ramírez ya fuera de la policía y centrado en sus negocios, su hijo, de 17 años, fue asesinado junto a sus dos escoltas.

Arce afirma en su libro que durante la entrevista realizada en septiembre de 2013, Juan Carlos Bonilla le dejó entrever que su destino dentro de la policía iba a depender del resultado de las elecciones que se realizarían en el mes de noviembre de 2013. Si gana la oposición pensaba retirarse, en cambio si ganaba el partido en el Gobierno con Juan Orlando Hernández como candidato presidencial, este tenia la certeza de que ascenderia de cargo dentro de la Policia Nacional de Honduras.

Ademas, Alberto Arce Describe al Tigre Bonilla como un hombre que “Se siente a gusto manejando los ritmos del teatro, que sabe cuándo mostrarse ambiguo y cómo extender rumores en los mentideros del poder y la prensa, y cómo cultivar la incertidumbre entre sus aliados y sus enemigos.” En su libro Arce asegura que “El Tigre” es un hombre al que le gusta dar ha entender que sabe demasiado y que la única forma de quitárselo de en medio es promoverlo para un cargo mejor.

En el año 2013 Juan Carlos Bonilla fue removido de su cargo como Director de la policia y fue nombrado como agregado policial en la embajada de Honduras en la ciudad de Bogotá, en medio del rumor que lo situaba en Colombia para ocuparse de los envíos de cocaína que ya tenía controlados en Honduras. La versión oficial en ese momento fue que coordinaría las políticas de seguridad que les competen a los dos países.

En conclusión, existen dos versiones sobre los hechos e implicaciones que ubican a Juan Carlos Bonilla y Ramirez del Cid como pieza clave en los asesinatos antes mencionados, la primera en la que los señalados se declaran inocentes y víctimas de una conspiración creada dentro de las mismas instituciones del país que incluyen a la Policía Nacional, y una segunda versión que figuran en documentos oficiales que han sido presentados en una de las Cortes Federales de Estados Unidos.

Información de Pro Honduras Network.

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